viernes, 9 de enero de 2009
Mahmud Darwish (Al Birwa, Palestina, 1941 - Houston, 2008)
PARA NUESTRA PATRIA
Para nuestra patria,
Próxima a la palabra divina,
Un techo de nubes.
Para nuestra patria,
Lejana de las cualidades del nombre,
Un mapa de ausencia.
Para nuestra patria,
Pequeña cual grano de sésamo,
Un horizonte celeste... y un abismo oculto.
Para nuestra patria,
Pobre cual ala de perdiz,
Libros sagrados... y una herida en la identidad.
Para nuestra patria,
Con colinas cercadas y desgarradas,
Las emboscadas del nuevo pasado.
Para nuestra patria cautiva,
La libertad de morir consumida de amor.
Piedra preciosa en su noche sangrienta,
Nuestra patria resplandece a lo lejos
E ilumina su entorno...
Pero nosotros en ella
Nos ahogamos sin cesar.
miércoles, 10 de diciembre de 2008
El número 13 de Viento en vela (Septiembre 2008) recoge 5 muestras de poesía latinoamericana reciente, prevenientes de Argentina, Brasil, Chile, Centroamérica y Ecuador. Estas muestras fueron bautizadas de forma general como "Línea imaginaria", porque creemos que eso es lo único que divide a Nuestra América. En la portada de la publicación tenemos a Simón Bolivar como figura unificadora de nuestro continente.
Las selecciones de los poemas fueron realizadas por diferentes poetas y estudiosos de las propuestas contemporáneas de cada país, es decir, contamos con el material y la visión de gente presente en los diferentes contextos, y que, simultáneamente, comparte la idea de una tradición común. Así los encargados de cada muestra son: Francisco Garamona por Argentina, Ana Rüsche y Alberto Trejo por Brasil, Enrique Winter por Chile, Pablo Benítez por Centroamérica, y Juan José Rodríguez por Ecuador.
El objetivo de este número no es, sin embargo, realizar un censo de poetas latinoamericanos, o establecer un canon. Es simplemente una invitación a la lectura, un contacto con esta "Línea imaginaria" nos comunica y nos une íntimamente bajo el manto de la América que continúa construyéndose.
Por otra parte, con esta nueva invitación a la lectura, Viento en vela cumple 3 años de existencia, y lo celebramos con este número especial, en agradecimiento a cada uno de los autores que han aparecido en esta revista, así como a la gente cercana sin la que hubiera sido imposible cualquier pretensión de subsistir.
Por último este número está dedicado a la memoria de Alforja. revista de poesía, que este año publicó su último número. Nuestra amistad y solidaridad con el poeta José Vicente Anaya que mantuvo este maravilloso sueño durante 11 años.
CONTENIDO
Eras vos. Una muestra de la nueva poesía Argentina (1974-1984). Selección y prólogo de Francisco Garamona. Autores: Laura Crespi, Alejandra Güerri, Martín Rodríguez, María Paz Levinson, Lila Jacoby, Miguel Ángel Petrecca, Gerardo Jorge, Francisco Bitar, Lorena Ferraté.
Muestra de poesía chilena reciente(1976-1983). Selección y prólogo de Enrique Winter. Autores: Alejandra González Celis, Marcelo Guajardo Thomas, Carlos Soto Román, Andrés Kalawski, Rosario Concha, Claudio Gaete Briones, Ernesto González Barnet, Paula Ilabaca, Felipe Ruiz, Héctor Hernández Montecinos, Raúl Hernández, Marcela Parra, Gladys González, Diego Ramírez Gajardo, Víctor López, Pablo Paredes, Úrsula Starke.
Entre la barbarie y el derrumbe de las esperanzas. Diez poetas centroamericanos (1973-1984). Selección y prólogo de Pablo Benítez. Autores: Javier Payeras (Guatemala), Alan Mills (Guatemala), Lya Ayla (El Salvador), Osvaldo Hernández (El Salvador), Heber Sorto (Honduras), Fabricio Estrada (Honduras), Hanzel Lacayo (Nicaragua), Francisco Ruiz Udiel (Nicaragua), Alfredo Trejos (Costa Rica), Paula Piedra (Costa Rica).
Muestra de poesía ecuatoriana reciente (1973-1984). Selección de Juan José Rodríguez, prólogo de César Eduardo Carrión. Autores: Ángel Emilio Hidalgo, César Eduardo Carrión, David G. Barreto, Javier Cevallos Perugachi, Ernesto Carrión, Cristian Avecillas, Juan José Rodríguez, Fernando Escobar Paéz, Fabián Darío Mosquera.
Muestra de poesía brasileña reciente (1972-1984). Selección de Ana Rüsche y Alberto Trejo. Autores: Micheliny verunschk, Fabiano Calixto, Priscila Figueredo, André Dick, Dirceu Villa, Tarso de Melo, Fabio Aristimunho, Eduardo Jorge, Lilian Aquino, Eduardo Lacerda, Elisa Andrade Buzzo, Del Candeias, Bruna Beber.
viernes, 3 de octubre de 2008
Estimados:
Ésta es una traducción que hice de un poema de Anne Sexton. Les debo la versión en inglés.
LA POETA DE LA IGNORANCIA
Quizás la tierra está flotando,
yo no sé.
Quizás las estrellas son recortes de papel
hechos por algunas tijeras gigantes,
yo no sé.
Quizás la luna es una lágrima helada,
yo no sé.
Quizás Dios es sólo una voz profunda
oída por un sordo,
yo no sé.
Quizás no soy nadie.
Cierto, yo tengo un cuerpo
y no puedo escapar de él.
Me gustaría volar fuera de mi cabeza,
pero eso está fuera de la discusión.
Está escrito sobre la lápida del destino
que estoy atrapada en esta forma de lo humano.
Siendo ése el caso me gustaría llamar la atención sobre mi problema.
Hay un animal dentro de mí,
que se agarró rápidamente sobre mi corazón,
un cangrejo grande.
Los doctores de Boston
han vomitado en sus manos.
Ellos han probado escalpelos,
agujas, gases del veneno y el gusto.
El cangrejo permanece.
Es un gran peso.
Yo intento olvidarme de él, hago mis negocios,
cocino el brócoli, abro y cierro los libros,
cepillo mis dientes y ato mis zapatos.
Yo he probado la oración,
pero cuando yo oro, el cangrejo se agarra más duro
y el dolor se agranda.
Yo tenía un sueño una vez,
quizás era un sueño,
que el cangrejo era mi ignorancia de Dios.
¿Pero quién soy para creer en sueños?
Ésta es una traducción que hice de un poema de Anne Sexton. Les debo la versión en inglés.
LA POETA DE LA IGNORANCIA
Quizás la tierra está flotando,
yo no sé.
Quizás las estrellas son recortes de papel
hechos por algunas tijeras gigantes,
yo no sé.
Quizás la luna es una lágrima helada,
yo no sé.
Quizás Dios es sólo una voz profunda
oída por un sordo,
yo no sé.
Quizás no soy nadie.
Cierto, yo tengo un cuerpo
y no puedo escapar de él.
Me gustaría volar fuera de mi cabeza,
pero eso está fuera de la discusión.
Está escrito sobre la lápida del destino
que estoy atrapada en esta forma de lo humano.
Siendo ése el caso me gustaría llamar la atención sobre mi problema.
Hay un animal dentro de mí,
que se agarró rápidamente sobre mi corazón,
un cangrejo grande.
Los doctores de Boston
han vomitado en sus manos.
Ellos han probado escalpelos,
agujas, gases del veneno y el gusto.
El cangrejo permanece.
Es un gran peso.
Yo intento olvidarme de él, hago mis negocios,
cocino el brócoli, abro y cierro los libros,
cepillo mis dientes y ato mis zapatos.
Yo he probado la oración,
pero cuando yo oro, el cangrejo se agarra más duro
y el dolor se agranda.
Yo tenía un sueño una vez,
quizás era un sueño,
que el cangrejo era mi ignorancia de Dios.
¿Pero quién soy para creer en sueños?
miércoles, 7 de mayo de 2008
ANTOLOGÍA DE 30 POETAS CONTEMPORÁNEOS DE ECUADOR EN LA REVISTA “BLANCOMÓVIL”
El número 107 de la revista Blancomóvil tiene como tema central Poetas de Ecuador, antología que incluye textos de 30 escritores en verso nacidos entre los años veinte y cincuenta del siglo XX, la mayoría con ejercicio literario vigente.
La selección fue realizada por Luis Carlos Mussó, Ángel Emilio Hidalgo, César Eduardo Carrión y Juan José Rodríguez, quienes figuran entre los autores más jóvenes de la muestra.
La presentación de los Poetas de Ecuador se hace por orden cronológico, de acuerdo con el año de nacimiento de los autores, y está precedida de un ensayo histórico de Juan González Soto.
La edición 2008 de Blancomóvil incluye un texto de presentación de su director Eduardo Mosches, pequeñas notas biográficas de los poetas antologados, un relato en prosa de Felipe Garrido y un testimonio personal de Juan Bañuelos sobre la masacre de Acteal, Chiapas.
Los poemas están ilustrados con dibujos del creador plástico oaxaqueño Edmundo Aquino y el diseño de la portada se debe a Pablo Rulfo.
En su análisis, González Soto aclara que el objetivo de la muestra es sólo una invitación a la lectura de la poesía ecuatoriana contemporánea y una selección realizada con base en la perspectiva personal de quienes la elaboraron.
Esto equivale a decir que es “una mirada subjetiva, más cercana a cuanto hay de azaroso en las concretas lecturas de los antólogos que a cuanto el tiempo y el destino han deparado, o depararán, a las obras de los poetas seleccionados”, agrega el ensayista.
El recuento histórico de González Soto presenta por décadas la obra de los 30 autores, intentando un análisis generacional. Éste se inicia con Jorge Enrique Adoum, Efraín Jara Idrovo y Francisco Granizo Ribadeneira, nacidos en 1926 y 1928.
Los poetas más jóvenes, nacidos en la década de los setenta, son Paúl Puma, Aleyda Quevedo, Alfonso Espinosa Andrade y Ernesto Carrión, además de los ya mencionados Ángel Emilio Hidalgo, César Eduardo Carrión, Juan José Rodríguez y Luis Carlos Mussó, quienes participaron en la selección de los poemas.
La antología recoge un poema largo o dos o tres textos cortos de cada poeta, muestra mínima de la voz y la diversidad temática de los 30 autores de la lírica ecuatoriana.
Tal es el caso de Humberto Vinueza, quien en el poema Jota-Jota, dedicado a Julio Jaramillo -el famoso cantante de boleros ecuatoriano de mediados del siglo pasado- explora las voces y los temas populares:
Porque tu vida no es sino lo cantado.
Te marcaron a fuego lento
la rebeldía a solas,
el insomnio,
las quebrazones de ánimo.
En Dios creíste por si existiera.
(AT)
(tomado de Notimex)
El número 107 de la revista Blancomóvil tiene como tema central Poetas de Ecuador, antología que incluye textos de 30 escritores en verso nacidos entre los años veinte y cincuenta del siglo XX, la mayoría con ejercicio literario vigente.
La selección fue realizada por Luis Carlos Mussó, Ángel Emilio Hidalgo, César Eduardo Carrión y Juan José Rodríguez, quienes figuran entre los autores más jóvenes de la muestra.
La presentación de los Poetas de Ecuador se hace por orden cronológico, de acuerdo con el año de nacimiento de los autores, y está precedida de un ensayo histórico de Juan González Soto.
La edición 2008 de Blancomóvil incluye un texto de presentación de su director Eduardo Mosches, pequeñas notas biográficas de los poetas antologados, un relato en prosa de Felipe Garrido y un testimonio personal de Juan Bañuelos sobre la masacre de Acteal, Chiapas.
Los poemas están ilustrados con dibujos del creador plástico oaxaqueño Edmundo Aquino y el diseño de la portada se debe a Pablo Rulfo.
En su análisis, González Soto aclara que el objetivo de la muestra es sólo una invitación a la lectura de la poesía ecuatoriana contemporánea y una selección realizada con base en la perspectiva personal de quienes la elaboraron.
Esto equivale a decir que es “una mirada subjetiva, más cercana a cuanto hay de azaroso en las concretas lecturas de los antólogos que a cuanto el tiempo y el destino han deparado, o depararán, a las obras de los poetas seleccionados”, agrega el ensayista.
El recuento histórico de González Soto presenta por décadas la obra de los 30 autores, intentando un análisis generacional. Éste se inicia con Jorge Enrique Adoum, Efraín Jara Idrovo y Francisco Granizo Ribadeneira, nacidos en 1926 y 1928.
Los poetas más jóvenes, nacidos en la década de los setenta, son Paúl Puma, Aleyda Quevedo, Alfonso Espinosa Andrade y Ernesto Carrión, además de los ya mencionados Ángel Emilio Hidalgo, César Eduardo Carrión, Juan José Rodríguez y Luis Carlos Mussó, quienes participaron en la selección de los poemas.
La antología recoge un poema largo o dos o tres textos cortos de cada poeta, muestra mínima de la voz y la diversidad temática de los 30 autores de la lírica ecuatoriana.
Tal es el caso de Humberto Vinueza, quien en el poema Jota-Jota, dedicado a Julio Jaramillo -el famoso cantante de boleros ecuatoriano de mediados del siglo pasado- explora las voces y los temas populares:
Porque tu vida no es sino lo cantado.
Te marcaron a fuego lento
la rebeldía a solas,
el insomnio,
las quebrazones de ánimo.
En Dios creíste por si existiera.
(AT)
viernes, 18 de abril de 2008
Sobre Demonia Factory de Ernesto Carrión
por JJRS
Hace algunos meses el poeta Ernesto Carrión me pidió que escribiera un prólogo para su libro recopitario titulado La Muerte de Caín. Tras una lectura acuciosa de esos materiales –algunos de los cuales yo había conocido previamente en la colección cuencana La Honda de David- emprendí la escritura de un texto que, por razones más bien circunstanciales, no vio la luz. Sin embargo, algunas ideas respecto a la poesía de Ernesto Carrión quedaron relativamente claras en mi mente. El poeta se había planteado escribir una especie de disangelio –como decía Nietzche- a partir de su Libro de la Desobediencia, mediante una escritura que, por su poderío imaginístico, llamaba vigorosamente la atención. El empleo del monólogo dramático (herencia de Browning, mediante el cual Carrión habla como Dylan Thomas o el bandolero Billy The Kid), el cambio de registro estilístico que avanza desde el surrealismo hasta el neobarroco (donde la imagen surrealista no se ha perdido sino que pasa a formar parte de un registro más aglutinador) que caracteriza a La Bestia Vencida y a Demonia Factory son algunos de los elementos compositivos más evidentes en su escritura. Sin embargo, lo que me hace apreciar de modo más insistente su trabajo como poeta es el hecho de que Carrión se ha desmarcado de dos tópicos presentes en la joven poesía ecuatoriana: un aburrido coloquialismo y una poesía del silencio que ha llegado, al menos a ratos, se ha vuelto un poco estéril y tópica. En esto coincide con David G. Barreto. Ambos autores, Barreto por un saludable exilio geográfico y Carrión por un exilio menos adjetivable, han hecho propuestas renovadoras y lúcidas. Sin embargo, no es único punto en que Carrión y Barreto están enlazados. El inédito Diálogo de los gentiles de Barreto como el premiado Demonia Factory coinciden en que sus autores los crearon como libros proféticos, alucinatorios y raramente emotivos.
Algo que llama la atención en Demonia Factory de Ernesto Carrión es que, a diferencia de sus libros anteriores, “La máquina de las demonias” está concebida como un artefacto. Es decir, el libro se convierte en un soporte visual, maniobrable. Esta concepción del libro es nueva entre nosotros, aunque tiene precedentes en otras tradiciones poéticas (un ejemplo es Manchas nombradas del español José Miguel Ullán). El tema de este libro es lo femenino como una apelación romántica y demonológica. El inventor ha creado un artefacto para sacudirnos de nuestro sopor mostrándonos lo que el psicoanálisis lacaniano denomina “lo real”. La imagen de la mujer (rizoma con rostros) aparece en este libro de Carrión como lo amado-abyecto, como el reverso romántico y misógino de ciertas esculturas de Cindy Sherman. El libro-máquina Demonia Factory produce muchas veces el efecto NO deseado: la anagnórisis, el reconocimiento de uno mismo en lo leído. La historia personal ha sido traducida a una contra-escritura posmoderna, cubista y “neobarrrosa” del remedia amoris, donde el amor es una experiencia vívida de lo apocalíptico. Evidentemente, por esa razón no son escasas las cronotopías de la intimidad, con un acento curiosísimo, a veces como una profecía en tiempo pasado: “Leíamos muy juntos e intercambiábamos ideas sobre una nueva pareja que lograría invadirse tanto que no importaría el orden de sus genitales”. Juan Luis Martínez, autor de un libro de culto llamado La Nueva Novela, ha dicho, parafraseando a Wallace Stevens que la “realidad sólo es la base, pero es la base”. La realidad aparece en Carrión como el espacio donde la máquina visual y textual llamada Demonia Factory reinventa la biografía.
Demonia Factory es un libro cuyas características no sólo están marcadas por la impronta del monólogo dramático, sino por el teatro mismo. Las prosas poéticas intercaladas funcionan a la manera de las estrofas, antistrofas y epodos del teatro griego. Sin embargo, no funcionan sólo como elementos de exaltación dramática, sino también de epifanía poética. La segunda voz, por ejemplo, se destaca en negritas, como los coros, como el pie dramático de los acontecimientos.
Sin embargo, no debemos pensar que Demonia Factory es sólo una recreación del teatro, desde la poesía. Aunque Carrión se refiere -en una secuencia de citas misóginas- a una obra de Esquilo, la propuesta cubista y “neobarrosa” del poeta hace que su texto no se agote bajo la noción de poema dramático. Como dije, “la máquina de las demonias” es parte de una cierta sensibilidad de la poesía contemporánea que pretende crear textos autotélicos y, en cierto modo, totalizantes. La experiencia biográfica está planteada como experiencia visual, como un esfuerzo por totalizar, por hacer absoluta la experiencia del lector. Mediante un trabajo para-escultórico –cubista- sobre las palabras, el poeta aísla sobre la página los sintagmas, los versos, encabalgándolos, cortándolos. Así, destacando y diferenciando, procura recrear visualmente la tensión dramática que produciría la lectura en voz alta de dicho texto.
Si la composición visual y espacial del poema y la disposición de sus voces internas son eminentemente cubistas, el fraseo y el ethos imputable al planteamiento poético es barroco (“neobarroso”, en realidad). La abolición –bajo el arbitrio de la pluralidad- del yo romántico es objeto de una interpelación psicoanalítica (“¿estamos todos en esto?”) de cualquier sujetalidad estable y prefigurada. Además de esta noción de una sujetalidad excedentaria, lo barroco se aprecia en el hecho de que el texto parecería dar cabida a toda clase de registros textuales: desde el pastiche misógino a la cita shakesperiana, desde la referencia a los Beatles hasta las alusiones a la novela gótica. De todos modos, el poema de Carrión no se agota en la mera propuesta conceptual: es un trabajo emotivo, vivaz. El lector más sencillo podrá acceder a este texto porque las apelaciones emocionales son como esas punzadas que queremos evitar a toda costa, a veces expuestas como salmodia (“cuando hay fornicación”) como cronotopías de la intimidad (“en casa bebíamos el vino del Caribe”) o como glosa de una canción de trova (“y un manojillo de escarcha”). Por allí, Carrión evita caer en la mera exhibición de destrezas técnicas y evidencia una profunda capacidad de evocación. Este tratado sobre la demonología, aunque en muchos aspectos es también un testimonio de la abolición del yo, es también una balada visual sobre el amor y su arruinamiento, sobre la mujer y la polución de su presencia. Libro profético y emotivo –chorreo de iluminaciones- que, si se lo permitimos, puede hacernos recordar demasiado. Y una cosa adicional: el poeta Carrión no teme nombrar. Allí su radical aporte. Y nombra bien. Y estremece.
por JJRS
Hace algunos meses el poeta Ernesto Carrión me pidió que escribiera un prólogo para su libro recopitario titulado La Muerte de Caín. Tras una lectura acuciosa de esos materiales –algunos de los cuales yo había conocido previamente en la colección cuencana La Honda de David- emprendí la escritura de un texto que, por razones más bien circunstanciales, no vio la luz. Sin embargo, algunas ideas respecto a la poesía de Ernesto Carrión quedaron relativamente claras en mi mente. El poeta se había planteado escribir una especie de disangelio –como decía Nietzche- a partir de su Libro de la Desobediencia, mediante una escritura que, por su poderío imaginístico, llamaba vigorosamente la atención. El empleo del monólogo dramático (herencia de Browning, mediante el cual Carrión habla como Dylan Thomas o el bandolero Billy The Kid), el cambio de registro estilístico que avanza desde el surrealismo hasta el neobarroco (donde la imagen surrealista no se ha perdido sino que pasa a formar parte de un registro más aglutinador) que caracteriza a La Bestia Vencida y a Demonia Factory son algunos de los elementos compositivos más evidentes en su escritura. Sin embargo, lo que me hace apreciar de modo más insistente su trabajo como poeta es el hecho de que Carrión se ha desmarcado de dos tópicos presentes en la joven poesía ecuatoriana: un aburrido coloquialismo y una poesía del silencio que ha llegado, al menos a ratos, se ha vuelto un poco estéril y tópica. En esto coincide con David G. Barreto. Ambos autores, Barreto por un saludable exilio geográfico y Carrión por un exilio menos adjetivable, han hecho propuestas renovadoras y lúcidas. Sin embargo, no es único punto en que Carrión y Barreto están enlazados. El inédito Diálogo de los gentiles de Barreto como el premiado Demonia Factory coinciden en que sus autores los crearon como libros proféticos, alucinatorios y raramente emotivos.
Algo que llama la atención en Demonia Factory de Ernesto Carrión es que, a diferencia de sus libros anteriores, “La máquina de las demonias” está concebida como un artefacto. Es decir, el libro se convierte en un soporte visual, maniobrable. Esta concepción del libro es nueva entre nosotros, aunque tiene precedentes en otras tradiciones poéticas (un ejemplo es Manchas nombradas del español José Miguel Ullán). El tema de este libro es lo femenino como una apelación romántica y demonológica. El inventor ha creado un artefacto para sacudirnos de nuestro sopor mostrándonos lo que el psicoanálisis lacaniano denomina “lo real”. La imagen de la mujer (rizoma con rostros) aparece en este libro de Carrión como lo amado-abyecto, como el reverso romántico y misógino de ciertas esculturas de Cindy Sherman. El libro-máquina Demonia Factory produce muchas veces el efecto NO deseado: la anagnórisis, el reconocimiento de uno mismo en lo leído. La historia personal ha sido traducida a una contra-escritura posmoderna, cubista y “neobarrrosa” del remedia amoris, donde el amor es una experiencia vívida de lo apocalíptico. Evidentemente, por esa razón no son escasas las cronotopías de la intimidad, con un acento curiosísimo, a veces como una profecía en tiempo pasado: “Leíamos muy juntos e intercambiábamos ideas sobre una nueva pareja que lograría invadirse tanto que no importaría el orden de sus genitales”. Juan Luis Martínez, autor de un libro de culto llamado La Nueva Novela, ha dicho, parafraseando a Wallace Stevens que la “realidad sólo es la base, pero es la base”. La realidad aparece en Carrión como el espacio donde la máquina visual y textual llamada Demonia Factory reinventa la biografía.
Demonia Factory es un libro cuyas características no sólo están marcadas por la impronta del monólogo dramático, sino por el teatro mismo. Las prosas poéticas intercaladas funcionan a la manera de las estrofas, antistrofas y epodos del teatro griego. Sin embargo, no funcionan sólo como elementos de exaltación dramática, sino también de epifanía poética. La segunda voz, por ejemplo, se destaca en negritas, como los coros, como el pie dramático de los acontecimientos.
Sin embargo, no debemos pensar que Demonia Factory es sólo una recreación del teatro, desde la poesía. Aunque Carrión se refiere -en una secuencia de citas misóginas- a una obra de Esquilo, la propuesta cubista y “neobarrosa” del poeta hace que su texto no se agote bajo la noción de poema dramático. Como dije, “la máquina de las demonias” es parte de una cierta sensibilidad de la poesía contemporánea que pretende crear textos autotélicos y, en cierto modo, totalizantes. La experiencia biográfica está planteada como experiencia visual, como un esfuerzo por totalizar, por hacer absoluta la experiencia del lector. Mediante un trabajo para-escultórico –cubista- sobre las palabras, el poeta aísla sobre la página los sintagmas, los versos, encabalgándolos, cortándolos. Así, destacando y diferenciando, procura recrear visualmente la tensión dramática que produciría la lectura en voz alta de dicho texto.
Si la composición visual y espacial del poema y la disposición de sus voces internas son eminentemente cubistas, el fraseo y el ethos imputable al planteamiento poético es barroco (“neobarroso”, en realidad). La abolición –bajo el arbitrio de la pluralidad- del yo romántico es objeto de una interpelación psicoanalítica (“¿estamos todos en esto?”) de cualquier sujetalidad estable y prefigurada. Además de esta noción de una sujetalidad excedentaria, lo barroco se aprecia en el hecho de que el texto parecería dar cabida a toda clase de registros textuales: desde el pastiche misógino a la cita shakesperiana, desde la referencia a los Beatles hasta las alusiones a la novela gótica. De todos modos, el poema de Carrión no se agota en la mera propuesta conceptual: es un trabajo emotivo, vivaz. El lector más sencillo podrá acceder a este texto porque las apelaciones emocionales son como esas punzadas que queremos evitar a toda costa, a veces expuestas como salmodia (“cuando hay fornicación”) como cronotopías de la intimidad (“en casa bebíamos el vino del Caribe”) o como glosa de una canción de trova (“y un manojillo de escarcha”). Por allí, Carrión evita caer en la mera exhibición de destrezas técnicas y evidencia una profunda capacidad de evocación. Este tratado sobre la demonología, aunque en muchos aspectos es también un testimonio de la abolición del yo, es también una balada visual sobre el amor y su arruinamiento, sobre la mujer y la polución de su presencia. Libro profético y emotivo –chorreo de iluminaciones- que, si se lo permitimos, puede hacernos recordar demasiado. Y una cosa adicional: el poeta Carrión no teme nombrar. Allí su radical aporte. Y nombra bien. Y estremece.
viernes, 11 de abril de 2008
Versiones norteamericanas
JJRS
Robert Creeley (1926-2005) desarrolla en su poesía una profunda conciencia del tiempo como espacio, un lúdico manejo de las imágenes contemporáneas y una notable sencillez expresiva, casi ajena a la penosa grandilocuencia de mucha poesía contemporánea. Traduje este poema hace poco. Creo que es fiel a lo que acabo de señalar.
La película marcha al revés
Las palabras un día vuelven
a ti, pájaros que regresan,
la película marcha al revés.
Nada muy extraño en su charla,
sólo palabras. La gente
que la escribió son los muertos.
Este papel de aquí habla como cualquier cosa,
pero es sólo una cosa,
“pájaros que regresan”.
Tú puedes “hacer que la película
marche al revés” pero “la película
marcha al revés”. La película marcha al revés.
miércoles, 6 de febrero de 2008
Juan José Rodríguez Santamaría gana el III Premio Internacional de Poesía joven La Garúa
FALLO III PREMIO DE POESÍA JOVEN LA GARÚA 2007:
"Con fecha de 29 de enero de 2008 La Garúa Libros comunica el fallo del IIIPremio Internacional de Poesía Joven La Garúa.
Un jurado compuesto porVicente Luis Mora, Elena Medel, Andrés González Castro y Raúl Quinto ha decidido por mayoría conceder el premio en la categoría de autores españoles al libro “Acabado en Diamante”, cuyo autor es Javier Moreno, y en la categoría internacional al libro “Viaje a la Mansedumbre”, cuyo autor es el ecuatoriano Juan José Rodríguez Santamaría. Ambos libros serán publicados en la colección de poesía de La Garúa.
La editorial quiere manifestar su satisfacción por el alto nivel de esta convocatoria, tanto por la calidad de las obras como por la cantidad de libros presentados: un total de 209 libros de poemas, 113 en la categoríade autores españoles y 96 en la categoría internacional."
El autor de Viaje a la mansedumbre, Juan José Rodríguez Santamaría nació en Ambato, Ecuador, en 1979. Es poeta y traductor. Licenciado en Periodismo. Egresado del posgrado en Literatura Hispanoamericana por la Pontificia Universidad Católica de Quito. Candidato a Magíster en Estudios de la Cultura, mención Literatura Hispanoamericana, por la Universidad Andina Simón Bolívar.
Ha traducido a varios poetas de lengua inglesa, como William Stanley Merwin y Mark Strand. Ha sido incluido en varias antologías de poesía ecuatoriana contemporánea e invitado a encuentros literarios nacionales e internacionales. Sus primeros poemas están reunidos en el libro Los Rastros (2006).
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